Y fueron los tiempos del desorden, del insaciable cuerpo a cuerpo, de las anarquías del abrazo de formas machihembradas, revueltas, volteadas, en los albures del impulso y del deseo -hallazgo de sabores y calores, retozos, cuchicheos en la oscuridad, gimientes alegrías, risas al cabo del gesto, fingidas resistencias, deleitosas confusiones, palpitantes afloraduras de savias profundas; tiempos de la puerta sellada, de la llamada sin respuesta, del teléfono desconectado, del cartero inútil; tiempos del egoismo compartido, del olvido de cuanto nos fuese extraño y ajeno -gentes, amigos, sucesos, deberes; tiempos de la jubilosa alienación, de la siempre superada cantata a dos veces, del dejar de ser para encarnarme en ti, antes de regresar, yacentes colmados, al leve y sonriente de la ternura recobrada, de las carnes devueltas a sus aplacados contornos.
Alejo Carpentier
Gracias a un milagro, (un milagro que ahora veo como maldición), los tres nos fundimos como uno solo: nuestros cuerpos, sudorosos y excitados, luchaban por desprenderse de sus ropas en aquella noche de navidad, como si fuésemos esclavos que al fin logran liberarse de sus cadenas. Rodamos por el suelo, como bestias que luchan por la misma presa, besándonos y acariciándonos y desgarrándonos y muriéndonos y amándonos sin fin, inconteniblemente, hasta el agotamiento... Perdimos nuestras personalidades individuales y nos transformamos en un ser múltiple, regido únicamente por la desazón y el deseo. Por un momento, no importaba a quién pertenecía cada pierna, cada mirada, un fragmento de sexo, unos centímetros de piel: lo compartíamos todo, indiferentes y arrebatados, covencidos de que no hay fronteras entre aquellos que en verdad se quieren. Amarás a tu prójimo como a ti mismo, había dicho Aquel cuyo natalicio celebramos ese día, y decidimos llevar su dictado hasta las últimas consecuencias. No pecábamos, no podíamos pecar: por el contrario, estábamos poseídos por la gracia y éramos, por una vez en la vida, tan inocentes como niños...
Jorge Volpi
lunes, 16 de noviembre de 2009
domingo, 15 de noviembre de 2009
Atonement: the green dress
De todas las actrices de Hollywood la que me parece más bella es, sin duda, Keira Knightley. Es guapa, sí, pero sobretodo, lo que más me llama la atención de ella es la clase que tiene y lo especial que es, no es nada común, su belleza es magnética y tiene mucha personalidad, tiene fuerza. Siempre veo sus películas y Expiación no podía faltar. La vi ya hace tiempo y, aunque no la considero en absoluta una de mis películas favoritas, me gustó. Lo que sí me llamó la atención y recuerdo siempre es la maravillosa fotografía de la película, como podeis ver en la primera imagen, probablemente uno de mis fotogramas favoritos, ese vestido negro fundido con la biblioteca antigua, todo ello salpimentado con una gran dosis de pasión. Y es de ese vestido verde del que quería hablaros, lo encuentro precioso y en ella y en esas imágenes es perfecto. Yo no soy de verdes, pero desde luego este vestido se convierte en uno de mis favoritos y me lo pondría feliz!
El estilismo de la película en general también es impecable, me encanta la imagen de Keira en la piscina con el gorro de baño blaco!Cuanto glamour en un gorro de piscina!
Keira Knightley is, among all, the most beautiful hollywood actrees in my opinion. She is not just pretty, she is also very special and classi, and her beauty reminds in anyone's brain forever, she is magnetic. So I always watch her movies and, of course, I couldn't miss that one. It is not one of my faveorites movies but, anyways, I liked it. I fell in love with the photography of this movie, it is ust excelent, as you can see in the first picture. The stylist also did a really good job. I profoundly love this green dress which I could wear to any party!
Love also that image where she appears in the swimming pool with that white hat!
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